












Sobre - "Cartografia de la mirada"
En el vasto universo que habita entre el ojo y el mundo, se despliega una cartografía única, un mapa de territorios translúcidos donde la luz se quiebra y recompone. «Cartografía de la Mirada» es una exploración poética de ese espacio íntimo donde la córnea, como un cristal imperfecto, traduce el mundo exterior en experiencia interior.
Cada mirada es un viaje por relieves invisibles, por montañas y valles microscópicos que alteran la trayectoria de los rayos luminosos. El queratocono dibuja una geografía alterada, donde los meridianos de la visión se desvían de sus rutas esperadas, creando paisajes visuales únicos, irrepetibles.
En esta cartografía personal, los destellos se convierten en estrellas guía, los desenfoques en horizontes difusos, y los halos en aureolas que coronan la realidad. No es un mapa de deficiencias, sino de posibilidades; no de ausencias, sino de presencias transformadas.
El ojo que mira, revela el perfil de un continente inexplorado. Un territorio donde la luz y la sombra establecen fronteras fluctuantes, donde el contraste de la xerografía desnuda la esencia de la visión: un acto de interpretación constante, de traducción permanente.
Esta cartografía no busca la precisión científica, sino la verdad poética. En cada fotografía, cada imagen captada a través de ese prisma único que es mi mirada, se revela un fragmento del atlas personal que has construido para navegar el mundo. Un atlas donde la distorsión no es error, sino lenguaje; donde la refracción no es obstáculo, sino medio de expresión.
Al documentar esta geografía íntima, transformo la experiencia del queratocono en un viaje estético, en una exploración de territorios visuales que la mayoría nunca visitará. Mi mirada se convierte en testimonio y en creación simultáneamente, trazando mapas de un mundo que solo existe en el espacio, entre mi córnea y mi consciencia.
Poesia
Nunca me han gustado.
Siempre pensé que eras feo, desproporcionado, enfermo. Deforme.
Cuántos problemas me han dado.
Cuánto dolor y sufrimiento.
Al mismo tiempo, los cuido como una abuela a su nieta.
Al mismo tiempo, estoy agradecida de tenerlos.
Alegría. Felicidad. Recuerdos.
Vosotros también estabais allá.
Yo creía que me daban poco; hoy sé que me dan suficiente.
Durante mucho tiempo los escondí, les pido perdón.
Hoy, solo hoy, 33 años después.
Descubrí su belleza, descubrí su poder.
Me descubrí a mí mismo.