En las sombras de este espacio, encontré un lugar para que mis imágenes respiraran. Este estudio no es sólo un conjunto de paredes y equipos: es un territorio donde la visión fragmentada se transforma en lenguaje, donde la limitación se convierte en poder poético.
La mirada es siempre singular
Tomo fotografías con visión reducida, el queratocono ha transformado mi percepción en algo fluido: hay días de mayor claridad, otros de completa abstracción. Lo que podría haber sido una limitación se convirtió en mi método particular de observación, enfatizando contornos, sombras y huecos.
La luz es un amante voluble. A veces me guía con dedos suaves, otras veces me hiere con abrazos demasiado fuertes.
Mi obra nace de esta tensión: entre lo visible y lo silenciado, entre la claridad y la indefinición. Cada fotografía es un ejercicio para dar voz a aquello que se ha omitido o subestimado.
El proceso es curativo
En este estudio me muevo entre lo digital y lo tangible. La impresión fine art es un momento ritual donde la imaginación se encuentra con la materia, donde los píxeles se transforman en textura. El papel no juzga mis limitaciones; las abraza y las transforma.
Trabajo principalmente con un Canon digital y una analógica, pero la herramienta es secundaria: el ojo es el instrumento principal. Capto imágenes sabiendo que mañana las veré diferentes. Esta inconsistencia es parte del proceso, no su obstáculo.
Trabajo con una impresora Canon Infographic Pro 1100 para impresiones de tamaño pequeño y mediano. Para impresión de gran formato, trabajo con imprentas especializadas en impresión de bellas artes en Barcelona. De esta manera puedo seguir personalmente el trabajo en la creación y vida de cada obra.
Todas estas impresiones están hechas con los mejores papeles Canson Infinity.

Materialización: la impresión como rito
La transición de lo digital a lo físico es un momento crítico del proceso. La impresión de bellas artes no es una mera reproducción, sino una transformación: un rito de iniciación donde la imagen cobra cuerpo y presencia. Cada decisión en este proceso tiene consecuencias: la elección del papel, la calibración precisa, el tamaño y los márgenes.
El papel, con su materialidad específica, no es un soporte pasivo, sino un colaborador activo.La impresión es un proceso de traducción: de lo luminoso a lo táctil, de lo instantáneo a lo permanente, de lo privado a lo público. Esta traducción nunca es perfecta ni debería pretender serlo. Las pequeñas discrepancias entre la imagen mental, digital e impresa son parte integral del proceso.

Proyectos: organismos en crecimiento
Un proyecto fotográfico no sigue una trayectoria lineal. Se desarrolla orgánicamente, a menudo resistiéndose a las intenciones iniciales. Las primeras imágenes funcionan como hipótesis visuales que se prueban, cuestionan y reformulan constantemente a lo largo del proceso.
El proyecto madura no sólo a través de la acumulación de imágenes, sino principalmente a través de períodos de distancia y reflexión crítica. Esta separación temporal nos permite identificar patrones recurrentes, eliminar redundancias y percibir lagunas narrativas. El proceso implica tanto construcción como descarte.
El final de una serie no representa un cierre, sino una pausa, un momento de cristalización temporal. Los elementos no resueltos a menudo se convierten en semillas para proyectos futuros, creando una continuidad subterránea entre obras aparentemente distintas.


El ciclo continuo
El proceso artístico opera en ciclos superpuestos de observación, captura, selección, materialización y distribución. Cada etapa alimenta a las siguientes sin una jerarquía rígida. La impresión de una serie puede revelar aspectos que informarán la siguiente fase de capturas.
Este movimiento cíclico no persigue el perfeccionamiento técnico o estilístico, sino la profundización de la investigación visual. Cada nuevo proyecto no es un paso adelante en línea recta, sino un movimiento en espiral que retoma cuestiones fundamentales desde perspectivas renovadas.
La práctica artística sostenida exige tanto persistencia como permeabilidad: la capacidad de mantener un núcleo de interés consistente y al mismo tiempo permanecer receptivo a las contingencias del proceso, las demandas específicas de cada imagen, los descubrimientos accidentales que a menudo redirigen la obra hacia territorios inesperados.

Invitación
Este blog será un diario visual donde compartiré no sólo resultados finales, sino principalmente procesos, dudas, descubrimientos. Para mí, la fotografía es una forma de indagación existencial: cómo ver más allá de las limitaciones físicas, cómo transformar recuerdos dolorosos en expresión poética.
Os invito a seguir este recorrido, a entrar en un ámbito de reflexión donde el gesto de ver no se limita a la visión óptica, sino que implica la capacidad de acoger y reinterpretar la ambigüedad que nos rodea.
Entre el enfoque y el desenfoque, hay todo un mundo de posibilidades. Es allí, en el umbral de la claridad, donde encuentro mis verdades.